Oum piensa: Ritual de calma diaria
Para comenzar el día o reconectar contigo mismo en cualquier momento, encuentra un lugar tranquilo donde puedas sentarte cómodamente con la espalda recta pero relajada.
Cierra los ojos y establece una intención breve, como: “Hoy me permito estar presente y en calma”. Dedica los primeros momentos a enfocarte en tu respiración: inhala profundamente por la nariz durante cuatro segundos, dejando que tu abdomen se expanda. Retén el aire por otros cuatro segundos, sintiendo cómo la calma se acumula dentro de ti, y luego exhala lentamente por la boca durante seis a ocho segundos, soltando cualquier tensión o preocupación. Haz una pausa breve antes de repetir el ciclo. Continúa respirando de esta forma durante dos o tres minutos, dejando que tu atención se ancle en el ritmo de tu respiración.
Una vez que sientas tu mente más tranquila, lleva tu atención a diferentes partes de tu cuerpo. Realiza un escaneo corporal, comenzando por los pies y subiendo lentamente hacia la cabeza. Nota cualquier sensación que aparezca, sin juzgarla, y permite que cada parte de tu cuerpo se relaje. Si encuentras tensión en alguna área, imagina que la inhalación lleva calma a ese lugar, y en la exhalación deja ir cualquier rigidez.
Finalmente, termina con una breve afirmación positiva que resuene contigo, como: “Estoy en paz” o “Acepto este momento tal como es”. Si lo deseas, visualiza un círculo de luz verde envolviéndote, dándote protección y energía para el resto del día.
Abre lentamente los ojos, mueve ligeramente las manos y los pies, y regresa al momento presente con serenidad y claridad. Este ritual es breve pero poderoso, y con práctica se convertirá en un ancla para mantenerte centrado a lo largo del día.